¿Qué es la dependencia emocional en las relaciones de pareja, familia o amistad?
Cualquier tipo de subordinación pone límites a nuestras posibilidades de ser plenamente libres y autónomos. Por eso, la dependencia emocional es una trampa para quien la sufre y depende de otro para sentir una aparente felicidad a un alto precio.
La dependencia emocional es un trastorno psicológico muy limitante, porque supedita las posibilidades de realización personal a recibir en cada momento la dosis de afecto que requieren las expectativas del dependiente, atrapado y sometido a la voluntad del otro miembro en cualquier tipo de relación.
La dinámica de una dependencia emocional es igual a la de cualquier otro tipo de adición sean sustancias tóxicas, juego o alcohol. Sin un adecuado tratamiento de psicoterapia tiende a repetirse incluso cuando se finaliza con alguien, generando la misma dependencia con otras personas posteriormente.
Este tipo de trastorno psicológico puede afectar de igual forma a hombres y mujeres, pero es más habitual que los casos en el sexo femenino sean más fácilmente detectables, ya que cuando son los hombres los que sufren esta necesidad insana de su pareja, suelen ocultarlo por vergüenza.
Las relaciones patológicas no solo se dan en pareja, aunque en este contexto es más comúnmente identificable por otras personas, sino que se producen en relaciones familiares, entre hijos y padres, entre hermanos, y también se da en las relaciones de amistad.
¿Qué causa la dependencia emocional?
La naturaleza del ser humano hace que todos seamos muy dependientes en nuestros primeros años. La interacción en el seno familiar durante la primera etapa vital hace que aprendamos patrones vinculantes y de apego más o menos sanos, dependiendo de si hemos adquirido capacidades de autonomía y de intimidad o no.
Los patrones de vínculo afectivo o apego aprendidos en la infancia se repiten en la edad adulta, generando una tendencia en la forma de establecer los vínculos emocionales con los demás que pueden ser sanos o patológicos. También se puede producir una codependencia, en situaciones transitorias de depresión y ansiedad.
En este sentido, existen dos tipos de situaciones emocionales igualmente patológicas que son las de apego por dependencia emocional y las de evitación por imposibilidad de desarrollar la capacidad de sentirse bien en la intimidad, que sería el caso de las personas contra dependientes.
En cualquier caso, quien padece este tipo de codependencia no es capaz de disfrutar plenamente de su propia existencia, y de valorarse suficientemente.



Síntomas de dependencia emocional
Quienes no han desarrollado un determinado grado de autonomía suelen sentir angustia frente al desamparo emocional, no solo de proximidad afectiva en una relación, sino incluso de forma física.
Ante situaciones estresantes solo consiguen la calma en la proximidad de aquellos por los que sienten un intenso vínculo afectivo.
Las personas con una dependencia emocional patológica son inseguras y no confían en sus propias posibilidades. Son personas incapaces de desarrollarse y sentirse en plenitud sin una pareja a su lado.
Su actitud favorece el vínculo con personas habitualmente dominantes, narcisistas y déspotas, generando relaciones tóxicas en las que la actitud de cada parte es indispensable a la hora de generar un círculo vicioso que alimenta este tipo de relación, en la que el rol de cada una de las partes tiende a agudizarse hasta desembocar en situaciones muy nocivas y catastróficas.
La persona con dependencia emocional suele soportar humillaciones, chantaje emocional e incluso pérdida de la identidad propia, en su sumisión a la persona dominante, idealizando la figura del otro, buscando todo tipo de excusas para justificar actitudes y comportamientos inaceptables para el resto.
Consecuencias de la dependencia emocional
- Incapacidad para tomar decisiones individuales y llevarlas adelante.
- Dificultad para reconocer el problema y solucionarlo.
- Imposibilidad de desengancharse de quién puede generar sumisión, y merma las capacidades personales.
- Sensación de culpabilidad e inferioridad respecto al otro.
La dependencia emocional puede llevar a la persona a perder toda su dignidad con tal de conservar a su lado al dominante a toda costa. Incluso, dejando de lado sus responsabilidades laborales, estudios, familia o amigos, siempre que esto suponga un obstáculo para continuar.
El funcionamiento entre dependiente sumiso y maltratador influye rebajando cada vez más la autoestima del primero, mientras crece el ego y sensación de poder del segundo. Cuando de modo consciente se reconocen los desprecios y la carencia afectiva que se está sufriendo, pero no se es capaz de romper con una relación desequilibrada en la que pesa más el sufrimiento que la gratificación.
Para evitar los consejos de terceros es posible que quien sufre dependencia emocional termine por romper con el entorno familiar o amistades, si tratan de ayudarle a reconocer la situación, quedando cada vez más aislado, y a merced del otro.
De cara a terceros, una persona que no es capaz de superar la dependencia emocional tiene todas las papeletas para que la situación se repita nuevamente en otros entornos o relaciones, al no hacerse respetar mostrando su autoridad y límites ante los demás.
Las consecuencias de la dependencia emocional pueden desembocar en los malos tratos primero psíquicos y luego físicos.
Además, este tipo de trastorno psicológico hace que, ante la ruptura definitiva con alguien, se busque inmediatamente la sustitución a la desesperada, sin darse tiempo a conocer y valorar si la nueva persona realmente es adecuad y tiene intereses en común por la angustia que genera la sensación de soledad.
En algunas ocasiones quienes sienten inseguridad emocional en pareja suelen elegir relacionarse con personas que sufren otros tipos de problemas, para justificar con su papel de salvadores la deuda que debe amarrar emocionalmente a la otra persona, pero que ante la falta de correspondencia produce malestar e intoxica la relación.
Por otro lado, mientras que aguantan la relación necesitan al otro constantemente, por lo que toleran mal que este se reserve su propio espacio, reclamando una atención que es fuente de importantes conflictos.



Cómo solucionar la dependencia emocional
Cuando alguien no está cómodo en una relación y sin embargo no es capaz de terminar sintiendo cada vez más sufrimiento, lo primero que tiene que hacer es darse cuenta y pedir ayuda psicológica.
Hay que ser consciente de que, si se está en una relación de codependencia se está sufriendo como mínimo el sometimiento y el desprecio del otro. De aquí solo hay un paso al abuso psicológico y después físico.
Pero para que la ayuda realmente sea efectiva, además de reconocer la codependencia, hay que romper con quién la genera y querer superar la adición, y aprender a quererse y sentir seguridad en uno mismo.
En este sentido las terapias con EMDR y Gestalt son de gran ayuda para acabar con la dependencia emocional y superar este tipo de trastornos.
Contacta con profesionales
Y ahora que ya sabes que es la dependencia emocional, si te encuentras inmerso en una relación tóxica de la que no puedes salir solo, necesitas ayuda para romper el vínculo negativo y reforzar tu personalidad, mejorando tu autoestima.
Cuéntanos tu problema y deja que te ayudemos a confiar más en ti mismo y ser más libre, al dejar atrás la sensación de ansiedad que te produce el miedo a la soledad, porque seguro que estarás de acuerdo con nosotros…
“Es mejor estar solo, que mal acompañado”.